martes, 19 de marzo de 2013

Después de hoy

   Hoy nos gustaría compartir un pequeño artículo que escribió Rafael Saravia para el Diario de León, donde expresa que es posible un mañana donde exista la alternativa al sitema que hoy nos puede y nos hunde. 

RAFAEL SARAVIA 13/03/2013 

   Hoy es un buen día de víspera. Uno de esos días en el que un hombre puede mirar al mañana con esperanza. Mañana siempre ha de ser un motivo para la lucha, para la mejora. Hoy, trece de marzo, miro al mañana con la complicidad del que celebra grandes efemérides que ayudan a no perder horizontes esperanzadores. Mañana… Mañana será catorce de marzo; Un catorce de marzo murió un hombre que constituyó una afrenta verdadera contra un sistema que hoy nos puede y nos hunde. Fue de los pocos pensadores e intelectuales que dio una alternativa a ese mal que él mismo llamó «dictadura de la burguesía». Hablo de Karl Marx; un hombre que entendió ya en el siglo diecinueve que el poder de un pueblo ha de ser gestionado por el mismo pueblo. Tal vez no sea el sistema perfecto aquel que proponía Marx (tal vez sí y figuras como Stalin o Mao desfiguraron las pretensiones verdaderas de ese socialismo del que teorizó en vida Karl Marx), no obstante, fue una bocanada de luz para aquellos que no eran capaces de imaginar una alternativa al pensamiento imperante. Y a eso debemos agarrarnos, a ser conscientes de que cuando sólo existe una opción, la libertad se resiente.

   Un catorce de marzo (me sigo agarrando a esa esperanza del mañana), nació un hombre que imaginó una alternativa social y supo dónde estaba el problema a erradicar.

   Pero la esperanza no se alimenta sola, lo hace de conciencias críticas y librepensadores, esos que siempre defendió este hombre, este intelectual que de manera clarividente sentenció hace décadas: «La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal». Un judío que pudo huir del nazismo; un hombre de la talla de Albert Einstein.

   Acaba de morir Hugo Chávez; un hombre que independientemente de los juicios de valor que cada cual se pueda formar, otorgó a su pueblo, Venezuela, en su mandato, unos índices de educación y sanidad que nunca conocieron. Medios internacionales como la Fundación Carter o Naciones Unidas lo avalan. La idea es esa; plantear que otras opciones son factibles, que existe un mañana por celebrar si se mira a ciertos actos y personas del ayer que nos guiaron. Saber que si ponemos algo más que fe, nuestra sociedad avanza. Quitar, recortar o degradar no es la solución. Ya lo dijo en su día Alexandr Solzhenitsyn: «Tendrás el poder sobre las personas siempre que les des alguna cosa, pero si a un hombre se lo quitas todo, ya no estará bajo tu poder». Algunos ofrecieron educación y sanidad… y con eso, algunos, ganaron elecciones tras elecciones. Tal vez el ejemplo del ayer, el buen ejemplo, pueda servir de modelo para un futuro que mejore lo bueno y depure los malos flecos que generan controversia. Hoy es trece, mañana celebraremos que hay un futuro después del hoy. Hagámoslo mejor.

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