Nos gustaría compartir con vosotros/as un artículo de Iria
Meléndez Pérez investigadora en Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona
y Diego
González Cadenas investigador en Derecho Constitucional en la Universidad de
Valencia, publicado en La Marea.
En su artículo nos hablan del debate abierto entre los partidos de izquierda de nuestro país de la posibilidad de crear un frente común de izquierdas para enfrentarse al neoliberalismo y a la socialdemocrácia imperante en nuestros días, que provoca dolor y sufrimiento con sus políticas a los ciudadanos/as españoles al imponer los dictados de los Mercados y de la Troika.
Desde nuestro punto de vista es un buen artículo para leer y reflexionar acerca de esta posibilidad. Nuestra formación política, Izquierda Unida, siempre ha defendido la unidad de la izquierda para hacer frente al sistema capitalista, siendo capaces de huir de nuestras pequeñas diferencias y reforzar nuestras grandes similitudes, hasta tal punto que hoy nuestro grupo de diputados en el Congreso recibe el nombre de Izquierda Plural incluyendo entre sus filas a diputados de CHA, ICV y EUiA con los que concurrimos juntos a las elecciones generales.
Pero el bipartidismo, estando hoy herido de gravedad, se protege. Los neoliberales del PP y los socialdemócratas del PSOE, han pactado para presentar en Europa un acuerdo que quema a fuego lento los derechos de los trabajadores/as de nuestro país. El llamado pacto del sidecar, donde Mariano Rajoy conduce y Rubalcaba actúa de acompañante, no es más que un esfuerzo por parte del PSOE y PP de apuntalar un régimen bipartidista que se desmorona y se viene abajo.
Por ello, la izquierda se debe organizar apartar sus diferencias y presentar un programa común que venza al bipartidismo, a este régimen capitalista y corrupto, dando paso a un nuevo proceso constituyente que nos devuelva al Pueblo español la Democracia que ahora está en manos del capital financiero, los Mercados y la Troika.
IRIA MELÉNDEZ y DIEGO GONZÁLEZ// Hablar
de proceso constituyente no es, a diferencia de hasta hace muy poco, un mero
deseo. La crisis económica ha provocado una crisis de dominación en la que la
clase dominante tiene cada vez más dificultades para hacer valer sus intereses
como universales. El cóctel resultante, en el que se mezclan elementos a veces
contradictorios como el “que no nos representan”, “PP y PSOE lo mismo es”,
“para qué voy a votar si son todos iguales” o “voy a votar a otros porque estoy
cansando de que me tomen el pelo los de siempre”, supone la apertura de una
ventana de oportunidad que permite una redefinición de los márgenes entre lo
posible y lo imposible. Ahora bien, que la hegemonía neoliberal se resquebraje
no significa que automáticamente se forje una nueva mayoría popular
transformadora. El resultado de la ventana de oportunidad que se cruce
dependerá de la correlación de fuerzas existente y se sintetizará en un punto
del eje entre la reacción, el gatopardismo y la trasformación radical de las
relaciones sociales. De ahí la urgente necesidad de construir un frente de
unidad popular con tal de que entre los diferentes actores sociales en pugna el
elemento transformador sea hegemónico.
Con
este artículo, animados tanto por los últimos sondeos electorales como por los
resultados de las elecciones catalanas y gallegas, nos hemos propuesto
contribuir a la construcción de un frente amplio huyendo del –acomodado-
sectarismo y evidenciando algo que todo el mundo conoce: las izquierdas, a
pesar de concurrir divididas a las elecciones, comparten, en esencia, los
mismos puntos de vista sobre cuestiones clave. Los veinte puntos que hemos
analizado, conformadores de lo que a nuestro parecer es parte de un programa de
mínimos de ruptura, así lo demuestran: el nivel de coincidencia, como señalamos
en la tabla, es de 91,65%. Es cierto que existen numerosos matices, y que se
dan distintos grados de intensidad entre el anticapitalismo y la
socialdemocracia, pero ante una situación de emergencia como la que nos
encontramos se hace urgente tender puentes y focalizar esfuerzos en los puntos
de unión.
Desde
luego, como se ha planteado desde Cataluña, no se trata de llevar a cabo
pactos entre las cúpulas de las diferentes fuerzas políticas sino de emprender
un proceso participativo en el que los movimientos sociales jueguen un rol
central haciendo de la multiplicidad de reivindicaciones concretas un universal
que se identifique con la propuesta aglutinadora de activación del poder
constituyente. Como lo resume Žižek, “la situación se politiza cuando la
reivindicación puntual empieza a funcionar como una condensación metafórica de
una oposición global contra Ellos, los que mandan, de modo que la protesta pasa
de referirse a determinada reivindicación a reflejar la dimensión universal que
esa específica reivindicación concreta contiene.”
Somos
conscientes, como tantas veces se ha advertido, que de poco sirve el acceso al
poder institucional si no está respaldado por el poder popular. Como así lo
demuestran las recientes experiencias latinoamericanas, ha de producirse un
entrelazamiento dialéctico entre poder constituyente y poder constituido de tal
forma que mientras el primero se convierte en el elemento dinamizador
(antiestático) del segundo a través de mecanismos de participación y de control
democráticos, el segundo se erige en garante de los derechos y del ejercicio
democrático del primero. De ahí la importancia de la toma del poder
institucional y de emprender una estrategia de ruptura constituyente que
permita la construcción de un nuevo bloque histórico, de una nueva hegemonía
cultural, de una nueva cotidianidad. Pero también, en lo inmediato, para ser el
freno de emergencia a las políticas neoliberales y garantizar no únicamente los
derechos civiles y políticos sino también los sociales, económicos, culturales
y medioambientales, replanteándonos radicalmente un modelo de crecimiento
basado en una estrategia imperialista de obtención de recursos a precios
irrisorios y en la devastación del medioambiente.
Queda
únicamente por preguntarse si nos atrevemos a dar el paso e iniciar un proceso
de transformaciones sociales profundas no sólo desde la calle sino también
desde las instituciones. Si entendemos que la victoria de Syriza en Grecia es
fundamental, ¿por qué no iba a serlo la de un Frente Democrático en España? En
las próximas elecciones al Parlamento Europeo en 2014, de circunscripción
electoral única, tenemos una primera prueba. ¿Cometeremos el error de las
anteriores concurriendo divididos? ¿Volveremos a buscar sin éxito, como
advirtió en su momento Isaac Rosa, la papeleta de Izquierda Unida
Anticapitalista Internacionalista? De la puesta en marcha inmediata de
reuniones entre partidos, movimientos sociales, ciudadanía interesada y
sindicatos (no olvidemos a los anarcosindicalistas) dependerá. La correlación
de fuerzas que se establezca determinará si caminamos hacia la salida
democrática o al autoritarismo. El tiempo apremia: el régimen se hunde a pasos
acelerados y los progresos de las fuerzas transformadoras son todavía muy
lentos.
Tabla de partidos y coincidencia de programas |
Ante esta situación es necesario presentar un frente de izquierdas.Dada la coincidencia en los programas de los partidos que podrian constituir ese Frente Democrático nada deberia impedir su creación y concurrir asi a las proximas elecciones europeas.Un grupo parlamentario fuerte es necesario si se quiere empezar a cambiar las cosas frente a este bipartidismo PPSOE.Al neoliberalismo hay que plantarle cara si no queremos acabar siendo siervos de un neofeudalismo.Unirse y organizarse es fundamental y de cara a las elecciones europeas seria un buen principio para continuar despues con las elecciones en España.
ResponderEliminarOtra politica mas social y mas justa es posible,las cosas se pueden cambiar,si tomamos la determinación para que cambien.
PLAS, PLAS, PLAS....
ResponderEliminarBuenos Días, en primer lugar os damos las gracias por sus comentarios y por entrar en nuestro Blog, donde compartimos con la ciudadanía nuestras opiniones y reflexiones sobre temas políticos, intentando hacer llegar una visión diferente de la realidad que nos rodea y que pasa desapercibida en los medios de comunicación, ya sean públicos o privados.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, como bien apunta el primero de los comentarios es fundamental tener un grupo parlamentario fuerte y amplio para poder cambiar las cosas, una correlación de fuerzas distinta es fundamental para poder hacer frente a las políticas neoliberales y socialdemócratas que practican el PP y PSOE que intentan apuntalar un régimen monárquico con apariencia democrática que se viene abajo como un castillo de naipes.
Pero debemos de tener en cuenta un aspecto fundamental y que muchas veces se nos escapa, que no solo debemos de hacer que cambie la correlación de fuerzas que nos lleve a grandes grupos parlamentarios sino que debemos de obtener poder popular ya que sin ello es imposible ejercer políticas que hagan frente a los poderes económicos que han secuestrado a nuestra democracia.
La unión hace la fuerza y las elecciones europeas van a ser un ejemplo de unión de las izquierdas europeas, los Pueblos de la periferia europea, están sufriendo un ataque directo de la Troika y ante esto la izquierda comienza a despertar y unirse en lo que puede ser un gran frente común para concurrir a las elecciones, en el mismo de momento están Izquierda Unida (España), Syrizza (Grecia) o Front de Gauche (Francia).
Esto puede ser el principio de un camino largo que queda por andar, cuanto más se sumen a esta causa más fácil será recorrer el camino, que está lleno de obstáculos impuestos por los poderosos.